Los
psicólogos conductistas han producido una cantidad ingente de investigaciones básicas dirigidas a comprender
cómo se crean y se mantienen las diferentes formas de comportamiento. Estos estudios se han centrado en el
papel de:
Las
interacciones que preceden al comportamiento, tales como el ciclo de la atención o los procesos preceptúales.
Los cambios
en el comportamiento mismo, tales como la adquisición de habilidades.
Las
interacciones que siguen al comportamiento, como los efectos de los incentivos o las recompensas y los
castigos, y
Las
condiciones que prevalecen sobre la conducta, tales como el estrés prolongado o las carencias
intensas y persistentes.
Algunos de
estos estudios se llevaron a cabo con seres humanos en laboratorios equipados
con dispositivos de observación y también en localizaciones
naturales, como la escuela o el hogar. Otros
emplearon animales, en particular ratas y palomas, como
sujetos de experimentación, en ambientes de laboratorio estandarizados. La mayoría de
los trabajos realizados con animales requerían respuestas simples. Por ejemplo,
se les adiestraba para pulsar una palanca o picar en un disco para recibir algo
de valor, como comida, o para evitar una
situación dolorosa, como una leve descarga eléctrica.
Al mismo tiempo, los psicólogos llevaban a cabo
estudios aplicando los principios conductistas en casos prácticos
(de psicología clínica, social -en instituciones como las cárceles-, educativa o
industrial), lo que condujo al desarrollo de una serie de terapias
denominadas modificación de conducta, aplicadas sobre todo en tres áreas:
La primera se
centra en el tratamiento de adultos con problemas y niños con trastornos de conducta, y se
conoce como terapia de conducta.
La segunda se
basa en la mejora de los métodos educativos y de aprendizaje; se ha estudiado el proceso de aprendizaje general desde
la enseñanza preescolar a la superior, y en otras
ocasiones el aprendizaje profesional en la industria, el ejército o los negocios, poniéndose a punto métodos de
enseñanza programada. También se ha tratado de la mejora de la enseñanza y el
aprendizaje en niños discapacitados en el hogar, la escuela o en instituciones
de acogida.
El tercer
área de investigaciones aplicadas ha sido la de estudiar los efectos a largo y
corto plazo de las drogas en el comportamiento, mediante
la administración de drogas en diferentes dosis y
combinaciones a una serie de animales, observando qué cambios se operan en
ellos en cuanto a su capacidad para realizar tareas repetitivas, como pulsar
una palanca.
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